Las caídas de los pacientes son relativamente frecuentes en la mayoría de las instituciones de salud del mundo, de modo que su cuantificación es uno de los indicadores que se utilizan para medir la calidad de los cuidados a los pacientes en las instituciones de salud. Las consecuencias directas de la caída pueden variar de lesiones menores a pequeños hematomas (28%), a severas lesiones de tejido blando 11.4% y fracturas de huesos (5%). La fractura de cadera es la complicación más seria, en 20% de los casos esta fractura lleva a inmovilidad. 

En Fomesalud, estamos comprometidos con la seguridad del paciente por lo tanto evitamos  acciones inseguras, creamos  estrategias para prevenir el riesgo y educamos a los usuarios y cuidadores en la prevención del riesgo de caídas.

Estas son las acciones inseguras que deberás evitar:

  • Traslado del paciente por medios inadecuados y sin medidas de protección.
  • Exceso de confianza. (dejar el paciente solo).
  • Omisión de las actividades de acompañamiento al paciente.
  • No identificar el riesgo de caída.
  • Fatiga, cansancio, stress.
  • No adherencia a los protocolos de acompañamiento para los pacientes identificados como de alto riesgo.

Estas son algunas de las acciones que sí debes tener en cuenta:

  • Aplicar la escala de J.H. Downton con el fin de documentar el riesgo de caída.
  • Valorar al inicio de la terapia de primera vez el riesgo de caída de pacientes para identificar cambios importantes en su evolución. 
  • Considerar el riesgo de caída de pacientes en el diseño de los procesos.
  • En ausencia de familiar o acudiente más la imposibilidad del paciente para la toma de decisiones; será el profesional o auxiliar a cargo del paciente quien pondrá en práctica medidas que correspondan según la clasificación del riesgo, hasta que un familiar o acudiente se haga presente. 
  • Identificar los pacientes de riesgo de caídas y proceder a realizar el registro en la Historia clínica.
  • Eliminar barreras en el entorno, como alfombras, cables, suelos irregulares.
  • Mantener la casa ordenada y con buena iluminación.
  • Procurar hacer las actividades sin prisa.
  • Adecuar la movilidad con dispositivos de ayuda como bastones o caminadores, verificar que estén en buen estado y asegurarse de usarlos correctamente.
  • Utilizar calzado cerrado, pie sujeto y ropa adecuada  durante el desplazamiento del paciente.
  • Recomendaciones del profesional al  cuidador del paciente domiciliario sobre cómo prevenir caídas.